Acoso sexual en el trabajo

Cuando pasé por Recursos Humanos ni siquiera imaginaba la razón por la que mi presencia era requerida, cuando la supe, mi sorpresa fue mayúscula. Me habían despedido, así nada más. Analicé los posibles motivos, no tenía faltas ni fallas, de hecho había ascendido rápidamente por la calidad de mi trabajo; sólo daba vueltas en mi cabeza la pregunta ¿qué podrá ser? No había recorte de personal, no tenían un motivo válido para despedirme. Algo pasó entonces por mi mente, Ricardo Dávila, hasta ese momento recordé exacta una de sus frases: “Mejor cooperas, vuélvete más accesible, en estos tiempos hay que cuidar el trabajo, no vaya a ser que después te arrepientas de perderlo, con lo fácil que hubiera sido conservarlo”

El acoso sexual en el trabajo puede tipificarse como hostigamiento sexual, violencia en el trabajo, discriminación, transgresión a los derechos humanos, conducta machista, cualquiera es válida, y cualquiera de estos términos lleva implícita la palabra delito.

En 2008 la Dirección General de Trabajo y Previsión Social regisró 709 casos de discriminación a mujeres en sus centros de trabajo, por mencionar sólo los que han sido denunciados, ya que muchas de ellas optan por quedarse en silencio por temor a las represalias, a perder el empleo, por miedo a que no les crean, por pena, por temor al rechazo o la desconfianza de sus esposos. “Es que seguramente lo provocaste”, “Pues mira nada mas cómo te vistes, era obvio”…


¿Qué es el acoso sexual en el trabajo?

Tomando como referencia el concepto de la Organización Internacional del Trabajo sabemos que el acoso sexual se encuentra en las insinuaciones sexuales indeseables, o un comportamiento verbal o físico de índole sexual que persigue la finalidad o surte el efecto de interferir sin razón alguna en el rendimiento laboral de una persona, o bien de crear un ambiente de trabajo intimidante, hostil u ofensivo.

La OIT también nos refiere qué se incluye en el acoso sexual:

• Insultos, observaciones, bromas o insinuaciones de carácter sexual o comentarios inapropiados sobre la forma de vestir, el físico, la edad o la situación familiar de una persona;
• Contacto físico innecesario y no deseado, como tocamientos, caricias, pellizcos o violencias;
• Observaciones molestas y otras formas de hostigamiento verbal;
• Miradas lascivas y gestos relacionados con la sexualidad;
• Invitaciones comprometedoras;
• Solicitudes de favores sexuales.

Según la OIT, el hostigamiento sexual causa que una de cada cuatro mujeres sea despedida y que 4 de cada 10 renuncien a su empleo, está comprobado que estos hechos además afectan a la salud.


¿Qué no es?

Aprobar la conducta del acoso no te convierte en víctima, ni vuelve a tu “acosador” un criminal. Si no te sientes incomodada, no hay crimen qué perseguir, en este caso, es decisión tuya iniciar un juego o hasta un romance con esa persona, si te incomoda, es acoso.


¿Qué se recomienda hacer?

En vez de reaccionar de manera obvia, se recomienda en la medida de lo posible no dejarse intimidar, no demostrar miedo, conservar la calma, mantenerte firme y contundente en un “no” como respuesta. Poner distancia de por medio, acrecentar tus precauciones, evitar a esa persona.

Denunciar es a mi parecer una decisión seria y personal, es lo mas recomendable pero dependerá mucho de las condiciones de cada situación, lo que no puedes permitirte es que alguien prive tu paz y tu libertad, quedarse callada es de alguna manera, permitirlo.

En el primer trimestre de este año se han presentado solamente 9 denuncias. Manuel Mondragón y Kalb, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal reconoció la posibilidad de que exista una "cifra negra" más alta de casos no denunciados y que incluso esta pueda ser una práctica rutinaria.


¿Buscas ayuda?

Si estas viviendo una situación de acoso, aquí tienes algunos sitios a los que siempre podrás acudir para asesorarte antes de tomar una decisión:

www.inmujeres.gob.mx
www.cndh.org.mx
www.stps.gob.mx
Locatel 56581111